Robo de combustible: por qué se produce y cómo evitarlo

El ACPM es uno de los principales costos de la flota de una compañía. Así, el robo de combustible puede afectar en gran medida las finanzas empresariales. 

En Colombia, esta modalidad delictiva se ha convertido en un negocio lucrativo para las bandas criminales. Según Griffin (2021), un promedio de 3.300 barriles de petróleo es robado diariamente en todo el país. Las pérdidas para la industria petrolera y las empresas distribuidoras son significativas. Afectan la rentabilidad y la capacidad de inversión en infraestructuras y tecnologías más seguras.

Por ejemplo, Ecopetrol reportó el robo de $80 mil millones de pesos en pérdidas relacionadas (Ortiz, 2023). Además, los derrames y las explosiones resultantes del robo de combustible causan graves daños ambientales.

5 formas comunes de robo de combustible🦹⛽

Aunque los sistemas de control están evolucionando gracias a la nueva tecnología diseñada para monitorear irregularidades, también aparecen nuevos métodos para robar combustible. Así que te contamos las  modalidades de robo más comunes:

Drenar el combustible del vehículo

Es el método más sencillo y poco sofisticado; dependiendo de la técnica, puede ser peligroso. Requiere de herramientas baratas y fáciles de conseguir. Por ello, es uno de los más usados en flotas de vehículos pequeños y grandes.

Existen tres métodos para extraer el combustible directamente del tanque de un automotor:

• Realizar presión en el tanque: se usan dos tubos de plástico. El de mayor longitud va hasta el fondo del tanque, y el tubo corto, a pocos centímetros dentro del mismo. Luego, usando un trapo o toalla, se realiza un sello alrededor de ambos tubos. Esto permite que la persona pueda soplar por el tubo más corto, generar presión y, como resultado, podrá sacar el combustible por el tubo más largo.
• Bomba de sifón: puede ser manual o automática. Se usa un tubo con una bomba en el medio para crear succión que extrae líquido desde un extremo del tubo hacia el otro.
• Succión manual: consiste en succionar con la boca a través de un tubo para extraer el combustible. Este método es notablemente peligroso, dados los múltiples elementos nocivos que hacen parte de este. 

Robo de combustible con odómetro alterado  

Este es un instrumento de medición que calcula la distancia que recorre un vehículo. Al controlar los datos que proporciona, se manipulan las cifras de gasto de combustible. 

Alterar el odómetro implica inhabilitar el contador de horas-motor o el velocímetro. Después se anotan datos falsos de recurrido, para luego realizar un robo a través de drenaje de combustible. 

Viajes ilegales

Estos recorridos son posibles cuando el conductor acelera el cumplimiento del itinerario que le han asignado con un vehículo. Con el tiempo y el combustible restantes, realiza una o varias rutas más para beneficio personal.

Cuando la empresa desconoce esta situación, no puede tener datos de rendimiento de tiempos y ajustar su cronograma para ahorrar.

Aprovechar el retorno del motor  

Aprovecharse del retorno de combustible no procesado también es una forma de robo. Dependiendo del modelo de automotor, cuando no es usado en su totalidad en una marcha, regresa del motor al tanque. Aquí, el método de hurto consiste en desviar ese retorno.

Con una modificación, ese combustible llena un contenedor que se usa para reventa o uso personal. A diferencia de los otros métodos, no permite hurtar grandes cantidades del mismo. 

Robo de combustible por trabajo inexistente

Quemar combustible sin ningún objetivo también es un método de fraude al usarlo. El operador enciende el motor para movilizar el vehículo. Esto genera consumo sin realizar un trabajo fructífero para la empresa.