Estrategias para hacerle frente al aumento de la gasolina

A inicios de septiembre de 2022 el gobierno de Colombia anunció un ajuste al precio de la gasolina que ha implicado, mes a mes, incrementos de hasta $600 pesos. Con el último aumento, que comenzó a regir desde el pasado 1 de julio, 11 de las 13 ciudades principales del país quedaron con un galón de gasolina por encima de $ 13.000 pesos. Lo más probable es que esta subida no pare.

El aumento en los precios de la gasolina puede tener un impacto significativo en la economía de las empresas. Por eso es importante tener clara una estrategia que le haga frente a esta situación y que busque limitar los impactos económicos, fomentar la eficiencia energética, promover algunos cambios en los hábitos de movilidad y estimular la innovación en el campo energético.

Estas estrategias pueden ayudarte a garantizar un futuro más sostenible y resiliente desde el punto de vista económico. Pero antes de hablarte de todas ellas y de cómo las puedes aplicar en el día a día de tu compañía, es importante que conozcas cómo hemos llegado a este punto.  

¿Por qué sube de precio la gasolina?

Antes de que puedas ir a cualquier estación de servicio a comprar un galón de gasolina, ésta surte un largo proceso en el que están involucrados desde el productor, hasta el que la almacena y la distribuye en todo el país. Esa gran y compleja cadena impacta en el costo final de la gasolina.

Por ejemplo, para Bogotá el precio de referencia del galón para julio quedó en $13.373, pero de ese valor, el 57 %, más de la mitad, irá a manos del refinador de la gasolina, es decir, de Ecopetrol.  

Esa cifra, que se actualiza con la variación de los precios internacionales de los derivados del crudo y TRM, es la que más impacta en el precio de la gasolina, pero en Colombia, hasta hace poco, no tenía mucho efecto gracias al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).

Puede ver: ¿A qué se debe el aumento del precio de la gasolina en Colombia?

 El FEPC es un mecanismo para suavizar las variaciones en los precios de los combustibles. El objetivo del fondo es simple: mitigar los impactos económicos y sociales de las fluctuaciones bruscas en los precios internacionales del petróleo. Es decir, que el precio local no varíe tanto como el internacional. Para hacerlo, paga a los productores e importadores esa diferencia, mes a mes.

Pero girar esa plata, según el Gobierno, ha creado un déficit en las cuentas públicas del Estado colombiano. Según el Ministerio de Hacienda, ese déficit en el FEPC alcanzó los $37 billones de pesos en 2022. Por eso se decidió que era hora de que el precio de la gasolina local subiera más.  

Hay, por supuesto, otras situaciones que pueden tener un impacto en el precio de la gasolina como la decisión de subir o no los niveles de producción de petróleo que toma la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), o incluso la guerra entre Ucrania y Rusia, pero para Colombia ha sido fundamental la situación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). 

Desde que el Gobierno se decidió a cerrar ese déficit, muchas han sido las consecuencias.

Efectos que produce el aumento de precio del combustible

El aumento del precio de la gasolina no ha pasado desapercibido en Colombia para las personas y mucho menos para las compañías. Para los primeros, particulares que necesitan “tanquear” su carro mes a mes, el incremento se traduce en un crecimiento de sus gastos diarios.  

Pero no se trata solo de eso. El incremento de la gasolina se traduce en un aumento de los costos de transporte y logística, lo que lleva a un encarecimiento de los productos y servicios como alimentos y otros bienes básicos. Es decir, la gasolina también impacta la inflación colombiana.

Cálculos del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) estiman que un aumento de 1% en los precios de los combustibles se traduce en un aumento de 0,08 puntos porcentuales en la inflación total. Esto sucede así porque el transporte es un componente clave en la cadena de suministro.

Estos costos adicionales a menudo se trasladan a los precios al consumidor, lo que contribuye a un aumento generalizado de los precios. Pero, además, el gasto en gasolina también impacta en la competitividad y estabilidad empresarial, sobre todo de las medianas y pequeñas compañías. 

Estas empresas enfrentan mayores costos operativos, lo que puede reducir sus márgenes de ganancia y, en algunos casos, incluso llevar al cierre o quiebra de negocios. Algunas industrias como la aviación, el transporte marítimo o el transporte de carga por tierra son particularmente sensibles a los precios del combustible y pueden experimentar dificultades financieras significativas.

No hay que olvidar, por ejemplo, que en lo que se refiere a empresas de logística y de transporte, además del combustible hay otros gastos como los fletes que no van a desaparecer del gasto total.

Ante este escenario, las personas, y especialmente las compañías, se deben preparar para unos próximos años con una gasolina aún más cara de la actual. ¿Qué podemos hacer?